martes, 27 de diciembre de 2022

(...)

Dónde está mi cuerpo

el cuerpo del pecado.

Dónde esa masa miserienta que me acongoja y me sacude

A qué sitio pertenece

con quién ha de pasar sus últimos minutos

A qué oscura caricia responderá esta vez

ahora q ya no puedo engañarlo diciendo que la muerte será eterna, ni diciendo q la vida es ilimitada.

Dónde, cuerpo, vas a refugiarte de la impermanencia del deseo,

de.la precariedad de una ilusión humana. 

miércoles, 21 de diciembre de 2022

Abuela

Mi abuela no sabe (quién es,  quién soy)

Se le va desdibujando el mundo a segundos y todo comienza a ser terriblemente nuevo.

Los hijos, los nietos, las estancias,

nada le resulta familiar.

Llama a los que se fueron,

intenta atraparlos abanicando el aire,

pregunta por sus niños (que ahora ya son viejos también),

intenta apretarlos con su mano nudosa sobre la bata de dormir.

A veces nos ve un poco, nos oye un poco, nos recuerda un poco.

El resto del tiempo es como si acabara de nacer y hubieran olvidado darle la cuota de tiempo que le tocaba.

lunes, 19 de diciembre de 2022

(...)

La mujer de mi abuelo no reía

(para no arrugarse, dijo)

Hacía una mueca estúpida

como un rictus

o un desgarro muscular.

Y emitía unos sonidos mustios

como de puerta desvencijada. 

Murió joven, sin una línea de expresión,

ni una carcajada.

lunes, 31 de octubre de 2022

Cursiladas

A veces uno quisiera agarrarse el corazón, ponerlo donde no estorbe…[sobre la silla de la ropa recién lavada, o calzando la.pila de libros por (re)leer] y dejarlo ahí al menos por una o dos vidas, hasta que pueda recogerlo sin que le tiemblen las manos ni se le escarche la lágrima que no llegó a caer. 


miércoles, 31 de agosto de 2022

...

El tiempo y el hombre no son distintos el uno del otro. El tiempo sólo existe en la medida humana, en su percepción de los fenómenos. Somos tiempo, nada que se pueda atrapar ni confinar. Todo aparece y desaparece, es mutable, perfecto. 

Poema del mal amor


¿Que si te quiero? Con la vida
¿Que si te quiero cerca? Cada vez menos.

Ya lo sabíamos de antes: el amor no es suficiente.

jueves, 11 de agosto de 2022

...

La.tristeza es esa calma en que sigues haciendo cada cosa como si nada hubiese cambiado, a un ritmo lento, con alguna que otra sonrisa, mientras no entiendes la música, las bromas, el azul del cielo, o el perfume de las flores. 

La muerte

Sin los pequeños detalles la muerte no sería comprensible. Todo parece perfectamente normal hasta que de repente te sobra un plato, no sabes qué hacer con una pieza de ropa, o el cojín sobre el sofá está demasiado bien dispuesto.

Así entendemos la ausencia y  realizamos lo que no está.

Sin esos pequeños desasosiegos la muerte sería un abismo, un agujero inmóvil que de alguna manera te persigue para engullirte.

miércoles, 13 de julio de 2022

Realidad

Yo quería ser una monja
De niña las miraba pasar envueltas en sus telas negras y sus grandes sonrisas.

Yo quería su paz, su silencio, 
esos pasos cortos que el hábito fuerza para alcanzar la gracia.

Yo quería la fe, la distancia del mundo, la tozuda renuncia incomprendida.

Pero era un animal de carne y poesía,
una bestia que amaba cazar, los claroscuros, y el borde sinuoso donde se desdibuja la moral. 

Yo quería ser una monja sin amargura, con el corazón apretado por la belleza. 

Y cada huella de otro cuerpo sobre el mío arrancaba la tela imaginaria, me desposeía del sueño. 

Ahora puedo sentarme sobre el zafu,  abrazar esta ilusión como la hija mimada que jamás salió de mi cuerpo.

domingo, 10 de julio de 2022

...

Desnuda

(en mitad de este ejercicio inútil de camuflarse entre las ropas y las ideas) 

Abierta

(como la gota de rocío que lentamente se evapora)

Efímera

(como el fango conmovido por la dulce sacudida del agua)

Viva

(sin existencia más allá de este segundo, sin muerte más allá de esta nada). 

viernes, 8 de julio de 2022

...

Salgo del abrazo de un hombre al abrazo de otro hombre sin pasar por mí misma. Soy un puente , el abismo resuelto entre dos seres humanos, y mi existencia no me pertenece. Soy esa línea de puntos que sólo se conectan en el iris, esa cosa que llaman horizonte.

lunes, 4 de julio de 2022

...

La bestia espera agazapada,  camuflada, en silencio. No te confíes, no respires, no dejes que sepa que la vida corre dentro de ti. No esperes misericordia. No te muevas. La muerte sería sólo el comienzo.

Desistimiento

El amor no es de este mundo. Lo he buscado en todas partes: entre brazos y piernas, a través de los ojos, tocando el corazón, sorbiendo porciones ínfimas de gente, masticando incluso la carne impalpable de sus recuerdos… y no está.
Lo he buscando en el alcohol, la música, las palabras, los atardeceres, y hasta en las bolsas de basura que penden como estandartes de los postes eléctricos. 
He soñado que existe, lo he creído, lo he jurado, e intentado atraparlo, dejarlo ir, canjearlo por cualquier cosa (por casi todas las cosas), pero ha sido en vano.
Así que no lo espero ya, no lo creo, no lo entrego, y no me encomiendo más que a este viento que pasa frente a mi cara.

...

Yo no te pedí que existieras, que llegaras, que huyeras, que regresaras. 

No te pedí el grito, ni la calma

El amor ni el desamor

El abrigo ni el abandono.

Yo no te pedí más que este segundo

Que no podías darme 

(Que no querías darme)

No te pedí más que el silencio,

la pacieccia de esperar que la gota escurriese sola hasta empapar la tierra.

jueves, 12 de mayo de 2022

(...)

Hay juegos que no voy a jugar. No porque no pueda, si no porque no me interesa. Hay caminos que no voy a desandar, historias que no voy a escuchar, y vidas que no voy a vivir. Hice mis paces con estas pérdidas voluntarias (elegidas), tal y como hago mis paces con este segundo que se escapa cual bestia que huye asustada de su propia sombra al final del día. 

jueves, 28 de abril de 2022

Kusen

Mi padre me enseñó a no amar, a esconder el corazón y darle vuelta como a un pijama reversible. Me enseñó a ser dura, pétrea, lacónica, esquiva, brutal.

Mi padre me enseñó la distancia, el desapego, la futilidad de algunos encuentros. Me enseñó que incluso el dolor pasa, que la vida es efímera, y que no hay lazos que duren para siempre.

Mi padre ha sido un gran maestro. Y me ha tomado una vida entender que uno elige lo que aprende, tal y como elige lo que olvida.

martes, 26 de abril de 2022

...

La muerte nunca empieza en el momento en que la percibes. Para entonces ya estaba ahí, desde siempre, y su germen dormía al abrigo del propio nacimiento. 

Cuando observas la muerte de algo, de alguien, es porque ya empezaste a sentir la ligereza de algunas ausencias, la certeza de que las pequeñas distancias terminarán siendo un abismo (aún si resulta entrañable). 

Cuando la muerte te saluda sin sorprenderte, es porque la habías visto venir, contonearse, tornarse familiar, íntima, predecible.

Es apenas un suspiro en este instante, pero las asíntotas corrieron juntas también alguna vez.

domingo, 10 de abril de 2022

A veces es mejor vivir en los mundos de yupi. A veces es preferible dar la espalda a todo, lo bueno,
lo malo, y lo terriblemente humano de esta vida ordinaria que nos asfixia cuando no debía. Yo no 
quería enterarme de las atrocidades contra un gato en una feria de rodeo, y allí estaba la noticia en 
los estados de whatsapp y los de facebook de todos mis amigos. Yo no quería hablar más de los 
niños presos, de los desaparecidos, ni de las consignas. Pero ahí están otra vez en los estados, en las 
mentes, en los corazones de la gente que me rodea. 
Yo estaba necesitando un alto, unas vacaciones de todo este circo de dirigentes que sonríen y dan 
discursos mientras hay gente rayando la inanición, y se siguen pisoteando los derechos y hasta los 
izquierdos de cualquiera que viva en esta isla. Yo no quería saber absolutamente nada de toda esta 
miseria consentida, de los defensores de lo indefendible, de los apóstatas, de la gente que cambia su 
corazón por unas libras de salchicha. Yo quería detenerme a observar las flores en el árbol 
anunciando la primavera, quería contemplar el azul de este cielo ridículamente azul, y descubrir que
la felicidad no tiene nada que ver con la circunstancia.
Pero el sufrimiento no te puede ser ajeno, porque nunca es ajeno. Y ahora no quiero permisos para 
marchar y protestar en paz. No quiero estrechar las manos de nadie, ni mirar a los ojos a quienes 
nos mienten como si el juego de esta vida estuviera predestinado y siempre nos tocara perder. Ahora
no quiero pensar en el daño que mis acciones pueden infligir a mis familiares y amigos, más allá de 
lo que pueda afectarme a mí misma. Ahora entiendo a Maceo, la tea incendiaria, la isla desierta, y el
toque Usted a degüello.
Yo no quería (sigo resistiéndome muchísimo) ser quien camina por el túnel sabiendo que al final no 
hay luz, ni salida, ni retorno. Pero qué puedo hacer con esta vida regalada salvo vivirla hasta el 
extremo de la muerte. Qué puedo hacer que no sea irme al medio del monte acompañada de los 
grillos y las aves rapaces, que en su infinita compasión sólo comen de lo que ya está muerto.
A algunos nos va a tocar el sacrificio de estar vivos y ser libres

Los mundos de yupi

A veces es mejor vivir en los mundos de yupi. A veces es preferible dar la espalda a todo, lo bueno,
lo malo, y lo terriblemente humano de esta vida ordinaria que nos asfixia cuando no debía. Yo no 
quería enterarme de las atrocidades contra un gato en una feria de rodeo, y allí estaba la noticia en 
los estados de whatsapp y los de facebook de todos mis amigos. Yo no quería hablar más de los 
niños presos, de los desaparecidos, ni de las consignas. Pero ahí están otra vez en los estados, en las 
mentes, en los corazones de la gente que me rodea. 
Yo estaba necesitando un alto, unas vacaciones de todo este circo de dirigentes que sonríen y dan 
discursos mientras hay gente rayando la inanición, y se siguen pisoteando los derechos y hasta los 
izquierdos de cualquiera que viva en esta isla. Yo no quería saber absolutamente nada de toda esta 
miseria consentida, de los defensores de lo indefendible, de los apóstatas, de la gente que cambia su 
corazón por unas libras de salchicha. Yo quería detenerme a observar las flores en el árbol 
anunciando la primavera, quería contemplar el azul de este cielo ridículamente azul, y descubrir que
la felicidad no tiene nada que ver con la circunstancia.
Pero el sufrimiento no te puede ser ajeno, porque nunca es ajeno. Y ahora no quiero permisos para 
marchar y protestar en paz. No quiero estrechar las manos de nadie, ni mirar a los ojos a quienes 
nos mienten como si el juego de esta vida estuviera predestinado y siempre nos tocara perder. Ahora
no quiero pensar en el daño que mis acciones pueden infligir a mis familiares y amigos, más allá de 
lo que pueda afectarme a mí misma. Ahora entiendo a Maceo, la tea incendiaria, la isla desierta, y el
toque Usted a degüello.
Yo no quería (sigo resistiéndome muchísimo) ser quien camina por el túnel sabiendo que al final no 
hay luz, ni salida, ni retorno. Pero qué puedo hacer con esta vida regalada salvo vivirla hasta el 
extremo de la muerte. Qué puedo hacer que no sea irme al medio del monte acompañada de los 
grillos y las aves rapaces, que en su infinita compasión sólo comen de lo que ya está muerto.
A algunos nos va a tocar el sacrificio de estar vivos y ser libres

miércoles, 30 de marzo de 2022

Estado de cosas

Estoy excéntrica. Es un estado temporal..a veces me abandona una mano, una pierna, algunas ideas escapan a toda velocidad de la cabeza. Por suerte, y como dijera Dalí, TMB estoy absolutamente concéntrica. O sea que de vez en cuando todo regresa a su sitio sin mayores dilemas y me da por girar en paz, orbitando lo que sea que surja (antes de desaparecer). 

Como estoy (y no soy) excéntrica, no suelo llamar demasiado la atención. Es como cualquier historia de implosiones de estrellas, que no son evidentes salvo al momento de zimbombazo. O si está siendo observada por uno de esos voyeurs de estrellas que jamás se despegan de los telescopios. 

Por el momento no hay nada que hacer. Sigo mirando los arabescos de un dedo, la torpísima patada que la pierna díscola está a punto de arrearle a algún paseante despistado, y me acostumbro a que mis ideas se vayan sin demasiado alboroto, dejando la cabeza más ligera, o menos peligrosa en su relación masa/peso. Estoy excéntrica, no se preocupen si me ven por ahí y parece que algo está a punto de acontecerme: es un estado natural, tanto como la vida. Y quizá un poco más que que los habituales recorridos elípticos que suelen describir el paso de un ser humano por entre el mar de seres humanos que, aunque rodeándolo, difícilmente lo acompañen.

domingo, 13 de marzo de 2022

...

Una lágrima puede borrar un universo. Puede inundarlo hasta que no quede nada, salvo una manchita de humedad que se irá desvaneciendo con las horas. 


Una lágrima puede también detener el tiempo. Hacer que el viento y las galaxias se congelen, que las estrellas a punto de morir preserven esa ínfima porción de energía que las salva de su metamorfosis y mantiene su núcleo compacto, ardiente..


Una lágrima puede revertir la muerte, desplazarla, trasmutar la energía que se descompone en alguna otra que apenas comienza su viaje. Puede también volverse sal, espejo, agua, vida.


Una lágrima puede, en medio de la noche y al amparo del silencio, iluminar el camino a la ternura. Mostrarnos el pasaje más allá de la tristeza. Hacernos sonreír. Despertarnos. 


sábado, 15 de enero de 2022

...

In the gloomy hour when the clouds rush over the scattered line of the horizon, and the birds risk circling as if the time was not a threat that spreads over everything that exists... in that precise hour, magical, indeterminate, I invite you to abandon yourself to the ferocious fatigue that comes from having been a happy puppet. I invite you to rest from being yourself, surrender, and tenderly embrace the overwhelming lightness of not being