Yo no te pedí que existieras, que llegaras, que huyeras, que regresaras.
No te pedí el grito, ni la calma
El amor ni el desamor
El abrigo ni el abandono.
Yo no te pedí más que este segundo
Que no podías darme
(Que no querías darme)
No te pedí más que el silencio,
la pacieccia de esperar que la gota escurriese sola hasta empapar la tierra.
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