viernes, 21 de agosto de 2009

babel

Ahora que la música del grito es más leve y deja que se escuchen también el silencio y el chirriar de las puertas en las casas vacías, ahora que los llantos se van haciendo más quedos y en los patios vecinos algún que otro gallo canta, ahora y antes que sea tarde, antes que todos se den cuenta que se ha perdido algo más que lo cercano, que se ha estado jugando con ese trozo púdico de la existencia: la memoria. Ahora que todavía no es más que una advertencia, hagamos caso al grito: sálvese, pues, quien pueda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario