lunes, 5 de julio de 2010

senza fine...

chillaba como un puerco.la sangre le corría mezclándose con el sudor y esa grasa asquerosa y maloliente que había usado para pegarse los pelos al cráneo.aún llevaba la camisa a cuadros y la luz le pegaba en el cogote cuadrado como si alguien la hubiese puesto ahí a propósito. parecía un montaje teatral y cualquiera lo hubiese jurado pero ahí estaba la sangre para desmentirlo.la sangre y sus chillidos de puerco que sabe que va a morir.puede parecer extraño pero empecé a acordarme de las fiestas de fin de año,cuando mi abuelo sacrificaba uno o dos lechones para la cena familiar y las mujeres reían con los dedos llenos de masa para hacer buñuelos.cerré los ojos y todo cuanto no fuese la fiesta desapareció.me vi con las manos llenas de masas fritas y y la caja de bombones rellenos que me habían regalado mis tíos para comer cuando fueran las doce de la noche y el año viejo se fuera para siempre. sentí un sabor denso a chocolate con licor y trufas y tuve ganas de ver los papeles dorados de envolver golosinas que aprendí a convertir en flores diminutas que no se marchitan.cuando miré no había nada salvo,al fin,algo de silencio. entonces supe que él no volvería a levantarse,al menos no en un par de horas. fue la primera vez que vi la habitación tal y como era.sin el embrujo de la luz filtrada por entre sus pelos ni la letanía de sus gritos. era un sitio espantoso y sucio. en un segundo mis manos se relajaron, se distendió mi mandíbula y el trozo que llevaba allí más de una hora cayó sobre el suelo como de ajedrez.me limpié la boca con el borde del vestido que a esa altura ya no era rosado sino púrpura. me levanté dando tumbos porque tenía los pies entumecidos, y salí al pasillo. la luna era como un platanito, como la sonrisa del gato de alicia, y yo podía soñar otra vez con volver a la escuela como si nada hubiese sucedido. eché a andar e imaginé que un reloj,como siempre pasa en todos los cuentos,marcaba la hora con sus campanadas graves. en dos días cumpliría diecinueve años y empezaba a estar harta

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