esa gente que tiene un hijo y se parapeta detrás de su pequeña vida para justificar las cosas que hace y las que no hace.
esa gente que tiene un hijo y lo usa como escudo y razón de su egoísmo y su mediocridad, y espera que el mundo entero lo comprenda, lo aplauda, lo compadezca.
esa gente que tiene un hijo como quien tiene una guerra formal con su vecino, como quien espera su diploma de graduado sólo porque no faltó a clases ni un segundo y siempre forraba las libretas.
esa gente que pretende que no se conoce la vida hasta que se tiene un hijo y nunca vivió el amor, la locura, la desesperanza.
esa gente tonta, formal, llena de miedos...
esa gente incapaz de jugarse la piel y la saliva salvo que al final lo espere un premio.
esa gente adicta a la mentira, a la televisión, a las radionovelas...
esa gente hija de su propia historia, heredera de la infamia de creerse mejores sólo porque la procreación es un acto que no exige licencias, ni garantías, ni proezas.
las palabras sólo sirven para definir aquello que ya hemos enmarcado y restringido: algunos lo llaman hijo, otros igual le dicen marihuana...
No hay comentarios:
Publicar un comentario