martes, 1 de noviembre de 2011

noviembre

1
la gente quiere poder pagar por lo que haces y dices (un libro, una aspiradora) por lo que sueñas y deseas, quiere que todo tenga una etiqueta con precio, que pueda ser comprado y vendido en el mercado, en una esquina cualquiera, en los callejones.... porque una vez que lo que dices o haces o sueñas tiene precio, no es sino algo más que se puede tener, botar, reemplazar, olvidar.

la gente quiere poseer lo que somos, lo que pensamos o escribimos, manipularlo, enmarcarlo en una página, rellenarlo con plumones amarillos, contaminarlo con su propio deseo insatisfecho. la sociedad humana está demasiado empeñada en disponer de las cosas y de los hombres, dirigida a que todo tenga un fin práctico, funcional, incluso las filosofías y los guías espirituales. nos venden el paraíso, nos lo cambian por buena conducta, por penitencias, por aceptaciones indiscutidas, y nos dan un adelanto en postales, estampitas, sueños de moribundos, mensajes desde el más allá. nos venden la felicidad en piezas pequeñas para que tengamos que pasar la vida comprando las partes hasta armar un rompecabezas sin sentido, para que al final sea preciso sustituir las primeras piezas por otras más nuevas, eficientes, o simplemente vivas. nos venden la educación, el entretenimiento, el amor, las fórmulas para la armonía. nos embotellan la paz, la tranquilidad, la camuflan o la convierten en una máscara antigas y un par de espejuelos para leer mejor.

la gente quiere clasificar, ordenar, caricaturizar al ser humano. quiere apropiarse de lo que cada quien es y sustituirlo por lo que cada quien debe ser, o por lo que alguien quiere que seamos.

cada día que pasa me siento más como un ser humano, menos como un ser social.

2
el desnudo, el sexo, la palabra que se grita aún en su sentido más oscuro no pueden ser obscenos. lo obsceno es la mediocridad, la falta de pensamientos o emociones personales y propias, la aceptación obediente y temerosa. lo obsceno es siempre esa muerte que intentan imponernos como un bozal o un arreo, un premio, un aplauso. la mentira es obscena, la impiedad lo es, el desistimiento a la vida.

3
soy un monstruo. uno hermoso, libre, delicadamente mortal.

4
voy empujando al hombre educado que hay en mí hasta los límites del animal que también hay. cuando hayan coincidido, tal vez sea tiempo de dejar de definirme, tal vez sea el tiempo.

5
mientras más nos empeñamos en mostrar nuestras debilidades, en ser el cordero, más fuerte está en nosotros el lobo. habría que temer a los nobles, a los mansos, a los que lloriquean por las esquinas y nos miran con sus caras desesperadas y sus vidas frágiles. ellos son quienes controlan nuestra capacidad de estar vivos, de reaccionar, de atrevernos.

6
hombres y mujeres no tengo nada que darles. todo cuanto hay en mí ya fue, y es, o será dado y entregado, pero no a cambio de nada, ni siquiera una moneda, una sonrisa, el amor. cuanto tomen de mí será porque yo así lo permito; lo que me cambien por dinero o bienes, o promesas, no es sino muerte, nada, una trampa, una mascarada, una mentira.

7
podemos matar al animal , su cuerpo físico, pero no somos capaces de aniquilar a un solo ser humano. los mayores traidores, los peores de la especie viven aún en nuestra memoria, los libros de historia, y los libros autobiográficos o el cine. me pregunto por qué y para qué alguien se siente en el derecho y la necesidad de matar a un animal si no es su intención comérselo. me pregunto cómo es posible la pena de muerte si no somos caníbales.

8
en la mayoría de los hombres el concepto de libertad está signado por la suma de las pequeñas prohibiciones que ha tenido que soportar durante su crecimiento. la libertad es, para muchos, un bien material, algo que puede conquistarse. pero no hay libertad en los fragmentos de una existencia.

9
soy libre, y soy feliz, y nadie más tiene absolutamente nada que ver con ello.

11
un hombre con una cuchillo en su pantalón, un chico con una granada en su mano, un presidente con un arsenal nuclear, una madre con su cinto, un padre con su reproche, un niño con un tirapiedras: seres humanos iguales en su odio y su violencia, da igual la razón, da igual el fin.

2 comentarios: