lunes, 22 de noviembre de 2010

poema de amor desmadejado

debíamos amar

ensañarnos alevosamente cursis

y amar desconsolados

y de lunes a viernes en capítulos de cuarenta y cinco minutos

debíamos amanecer y anochecer enamorados,

perdidos,

intoxicados de feromonas y hormonas y serotoninas y endomorfinas

y amar con cara de idiotas, con palabras de idiotas, y con el providencial hilo de baba.

debíamos amar inescrupulosamente, a tiempo completo y sin vacaciones ni salarios

amar como bestias enloquecidas y pendientes de reproducción

(bajo amenaza de extinción y con sobre de despido)

debíamos amar insustanciales, como caldos sintéticos (de pollo)

y centrales de esterilización y bancos de semen sin donaciones anónimas

debíamos amar a destajo, con energía renovable y mayoría absoluta.

deberíamos amar como si en verdad pudiéramos, y supiéramos, y quisiéramos

pero somos de polvo y papel moneda

y la materia de los sueños compite con el último grito de la moda

y se ve su anorexia en el plasma carísimo de una tv con demasiadas pulgadas.

4 comentarios:

  1. desde ahí...
    sin descanso
    como si nada hubiera fuera
    como un día infinito
    pasando de una larga luz a una larga sombra una y mil veces al día...
    que no acabe!
    que siga!

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  2. el invierno se niega a aparecer y deshogar los arboles de mi ventana, ellas, se aferran a las delgadas ramillas secas, anhelantes del agua que nunca beberán...las nubes cruzan, pegadas gotas avanzan sobre mi, se alejan con rumbo incierto ¿donde mierda quedo el viento medidor de tiempos? mis deseos se agazapán adentro, me hieren agrietando mis huesos soltando los tendones...inhalo las ganas me detengo en el agua.

    a todo esto, el fuego arde bajo la madera y no lo entiendo, puede ser viento agitando flamas.

    por ahora, el lago se mira en el espejo del cielo, no sabe si ve a si mismo o si el reflejo en realidad es un espejo.

    más tarde, un día cuando en pleno cenit el sol haga desaparecer tu sombra, cuando en plena luz no haya sombra, en un ascenso hacia el parque de la loma, tras esa esquina no sabrás si eres tu en mis ojos o soy yo en los tuyos.

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  3. no hay vacío en este amarte ...solo suspendido entre un tiempo y el siguiente besos

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  4. Amemos hasta rompernos la espalda y los huesos, hay una sentencia marcada a fuego que nos recuerda. No hay límite en el vacío ni amor que no pueda remontar el tiempo...

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