miércoles, 30 de marzo de 2022

Estado de cosas

Estoy excéntrica. Es un estado temporal..a veces me abandona una mano, una pierna, algunas ideas escapan a toda velocidad de la cabeza. Por suerte, y como dijera Dalí, TMB estoy absolutamente concéntrica. O sea que de vez en cuando todo regresa a su sitio sin mayores dilemas y me da por girar en paz, orbitando lo que sea que surja (antes de desaparecer). 

Como estoy (y no soy) excéntrica, no suelo llamar demasiado la atención. Es como cualquier historia de implosiones de estrellas, que no son evidentes salvo al momento de zimbombazo. O si está siendo observada por uno de esos voyeurs de estrellas que jamás se despegan de los telescopios. 

Por el momento no hay nada que hacer. Sigo mirando los arabescos de un dedo, la torpísima patada que la pierna díscola está a punto de arrearle a algún paseante despistado, y me acostumbro a que mis ideas se vayan sin demasiado alboroto, dejando la cabeza más ligera, o menos peligrosa en su relación masa/peso. Estoy excéntrica, no se preocupen si me ven por ahí y parece que algo está a punto de acontecerme: es un estado natural, tanto como la vida. Y quizá un poco más que que los habituales recorridos elípticos que suelen describir el paso de un ser humano por entre el mar de seres humanos que, aunque rodeándolo, difícilmente lo acompañen.

domingo, 13 de marzo de 2022

...

Una lágrima puede borrar un universo. Puede inundarlo hasta que no quede nada, salvo una manchita de humedad que se irá desvaneciendo con las horas. 


Una lágrima puede también detener el tiempo. Hacer que el viento y las galaxias se congelen, que las estrellas a punto de morir preserven esa ínfima porción de energía que las salva de su metamorfosis y mantiene su núcleo compacto, ardiente..


Una lágrima puede revertir la muerte, desplazarla, trasmutar la energía que se descompone en alguna otra que apenas comienza su viaje. Puede también volverse sal, espejo, agua, vida.


Una lágrima puede, en medio de la noche y al amparo del silencio, iluminar el camino a la ternura. Mostrarnos el pasaje más allá de la tristeza. Hacernos sonreír. Despertarnos.