debías haber sido como un río que se adentrase en mí, inundándome, arrasando con el limo, con el dolor de los peces muertos, con la memoria de los aguaceros y del frío, como un río terrible lleno de raíces y semillas, turbio, inagotable.
debías haber sido como un río después de la tormenta, con trozos de nube colgándole, sin remos, sin olor a tierra firme, como un río sin pasado ni futuro desbocado hacia el abismo de mi vientre, pero sólo fuiste la palabra, el llamado intangible de una borrasca que nunca llegaría. .
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