niño asustado del ayer
veo tu nariz
Enviado desde mi HUAWEI Mate 10 lite
matemos a los perros, guardemos a la sombra a los mendigos, ahoguemos el lamento de los peces . que nadie sepa que hay dolor y muerte, que nadie nos juzgue hasta que la máscara ocupe su sitio y las luces de fondo camuflen el negro terrible de los cielos.
debías haber sido como un río que se adentrase en mí, inundándome, arrasando con el limo, con el dolor de los peces muertos, con la memoria de los aguaceros y del frío, como un río terrible lleno de raíces y semillas, turbio, inagotable.
debías haber sido como un río después de la tormenta, con trozos de nube colgándole, sin remos, sin olor a tierra firme, como un río sin pasado ni futuro desbocado hacia el abismo de mi vientre, pero sólo fuiste la palabra, el llamado intangible de una borrasca que nunca llegaría. .
con los ojos abiertos (contra la pared)
el amigo maldice
escupe, se queja
arrastra en su delirio la sábana
vuelca el orinal
sumerge la toalla en el hilo
dorado de la orina,
muerde con sus dientes
cariados
la cama de metal
los dedos del cirujano que hurga
impaciente
en los bordes violáceos
del hueco en la muñeca.
con los ojos desorbitados
por el dolor
el alcohol
los calmantes
los años de miseria y poesía,
el amigo reniega
blasfema
se rasca la cabeza y corre
horrorizándonos (sería mucho mejor despavoriéndonos)
con el trocar del suero al viento
como una cometa.
lo vemos, aburridos
hartos de la telenovela
contando los minutos
listos para regresar a la ciudad,
la cena,
la ducha caliente
y los orgasmos.
con los ojos repletos
de tristeza
nos ve partir
abandonarlo
suspirar aliviados
ser felices.
quién iba a saber
que en unas horas
habría de estar muerto.