lunes, 22 de noviembre de 2010

poema de amor desmadejado

debíamos amar

ensañarnos alevosamente cursis

y amar desconsolados

y de lunes a viernes en capítulos de cuarenta y cinco minutos

debíamos amanecer y anochecer enamorados,

perdidos,

intoxicados de feromonas y hormonas y serotoninas y endomorfinas

y amar con cara de idiotas, con palabras de idiotas, y con el providencial hilo de baba.

debíamos amar inescrupulosamente, a tiempo completo y sin vacaciones ni salarios

amar como bestias enloquecidas y pendientes de reproducción

(bajo amenaza de extinción y con sobre de despido)

debíamos amar insustanciales, como caldos sintéticos (de pollo)

y centrales de esterilización y bancos de semen sin donaciones anónimas

debíamos amar a destajo, con energía renovable y mayoría absoluta.

deberíamos amar como si en verdad pudiéramos, y supiéramos, y quisiéramos

pero somos de polvo y papel moneda

y la materia de los sueños compite con el último grito de la moda

y se ve su anorexia en el plasma carísimo de una tv con demasiadas pulgadas.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Infidencia casi prosa sexual

Regálame esta madrugada. Deja que te sueñe hoy y te muerda, y te cabalgue, y te chupe, y te bese... piénsalo, vívelo, imagínalo, suéñalo, y ven, y rómpeme, y entra en mí, y vuélveme loca, hasta morir. Quiero que me tomes toda, que te abalances sobre mí, que me muerdas, que nada te detenga. Quiero besarte largamente, recorrerte todo, contemplarte, y sentirte romperme, y sorberme, y entrar, y besarme toda la noche, mis ojos, labios, espalda... espero por ti, mi caballo, aunque sea un poco, a ver si llegas a darme todo lo que quiero, cada centímetro. Quiero que me veas y tiembles de placer, que me sueñes, que te imagines dentro de mí, yo sobre ti, y te cabalgo, y me desboco, y salto sobre ti, y grito y me rompo en tus labios, alrededor de ti, en tu cuerpo, en tu pene enhiesto, en tu espalda, lamiéndote, chupándote, sorbiendo la piel de tus muslos. Y quiero hacerte el amor, quiero que me penetres, que saltes sobre mí, quiero que tu cuerpo se pierda dentro de mí, que te dejes correr en mi vientre, en la humedad de mi vientre, quiero que me voltees, y entres en mi desde mi ano, que te pierdas en mis gritos que separes mis nalgas y entres todo. quiero más, quiero subirme a tu pene, saltar, provocar una ola que te obligue a sumergirte, a respirar de mi vientre, a morderme, a tragarme en trozos... ven, no te vayas ahora. Ven y descubre que no hay fin, que la noche empieza en este grito que te debo y me debes, este grito que se repetirá mil veces. Mis nalgas te llaman, te llama mi sexo, mis senos, mi piel. Ven, entra en mí, desgárrame, húndete en mí, déjate correr. Quiero darte todo, incluso lo que no imaginas, lo que no crees posible, la utopía, la piel después de la piel. Quiero sentirte sangrar, extenderte, crecer, volverte uno con el deseo, con mi deseo, volar, correr en mí, dejarte ir, quiero tu saliva, tu semen, tu sudor, todo, tomo todo y lo gozo, y lo hago mío... mi caballo, mi jinete, mi montura...

Te espero mi amor, quiero tu sal, tu sudor, ese olor a hombre que ha de trastornarme, quiero la piel de tu verga, de tu espalda, tus axilas, quiero tus gritos. Te espero, mojada. Ven, poséeme, hazme gemir, doblégame. Lánzame, úsame, rómpeme... lame mi piel, mis caderas, mis nalgas, mis senos redondos. Ven, como un río, como una ola. Ven, deja que tu pene corra, que vuele, que vibre, que estalle, déjate correr dentro, fuera, sobre, en mis nalgas, en mi espalda, entre mis senos, sobre mi pelo, en mi cara, en mis pecas, en mis lunares, entre mis uñas, bajo los pliegues de mis nalgas, entre las hebras de mi memoria, en mis esquinas. Quiero que te pierdas en las huellas de mis nalgas, en mi cuello, en mi nuca, que encuentres tu ritmo entre mis gemidos, en esa locura de mis caderas, en la embestida final, en los restos de tu deseo que descansa en mí, que se corre en mí, que me empapa.

Ven, entra. Éntrame, regálame tu sudor, tus dientes, tus uñas, tu grito, desgarra, húndete en mí, déjame sin vida. Yo te voy a dar la vida, te la voy a regalar como una puerta hasta lo eterno, para que te extiendas, te continúes, pero dejes toda tu esperma en el camino, la deposites en mi cara, mi lengua, mi garganta, y descubras que todo puede acontecer, que el grito no es sino el comienzo, que la languidez no es salvo una etapa preparatoria...

Ven, pruébame, vamos a jugar a ser dioses. Huele mi olor a mar, a fruta madura, saborea mi agua, mis jugos, la textura de mis senos cuando te saben cerca... entonces ahí, entre mis senos tu pene, justo hasta tocar mi lengua y en mi garganta donde se cierra el deseo y tú te vuelves sal, líquido, esperma, y yo te trago, me alimento de tu placer, y tú te tragas mis jugos, mi sal, el agua de mi vientre que te nombra, que te llama, invocándote, reclamando, más, más, más, otra vez...

Y así, absolutamente erecto, me tocas con tus dedos largos, entras en mi ano, tocas desde ahí la punta de tu verga que me recorre, que me clava a la pared frente al espejo, y te sientes, y metes tus dedos en mi cuerpo... buscándote.

Luego esperemos el amanecer, y el anochecer, en la arena, en el agua, en el jardín, y la lágrima cristalina que saldrá de mi clítoris cuando esté seca mi vagina y no quede sino sal. En todos lados, y entonces, cuando ya no puedas más, cuando estés a punto de desfallecer, cuando suspires, me sentaré sobre ti, sobre tu pene lacio, sobre tus labios secos, y te haré el amor, sin mañana, porque te sueño, te deseo, te espero, hace siglos, me arrebato por ti, me pierdo, me encuentro, me deseo...

Y seco quiero dejarte, exhausto. Di que quieres montarme, hundirte, vaciarme, di que me quieres sobre ti, loca, perdida, hasta el fin de mi cuerpo. Cuando me posees y sólo estoy imaginándote aquí, pero me encantaría saberlo, saberte, sorberte, chuparte desnuda sobre mi cama, desnuda en tu sueño, en tu piel, en tu deseo.

Hoy puedo sentirlo todo, hasta el aliento que no te queda ya. Y entonces, si aún te quedan fuerzas, puedes intentar la remontada, embestirme...

Entrar en mi cuerpo caliente y dejarte correr, así... no, primero quiero que te pegues a mí. Que tu piel se pegue a la mía, que tu pene me roce la espalda, la cara, que tu aliento me caiga sobre la nuca, que tu lengua me toque, leve, y que tus manos me rocen todo el cuerpo también, y tus labios, que te acuestes sobre mí, yo de espaldas, desnudos, y tus manos me busquen, y entonces yo me viro y estoy debajo de tu cuerpo, de frente, y tú te dejas caer sobre mí, me aprietas toda, y me lames la cara, la boca, me chupas los labios, y bajas, vas bajando lento, despacio, besándome y lamiéndome todo... y mi sexo te busca, y me tocas con la punta de tu lengua, buscas mi sal, mis jugos, y me sorbes la piel, y yo te beso y lamo y muerdo, y me muerdes suave pero con fuerza, y tu lengua no quiere desprenderse de mí, con deseos, y yo también quiero lamerte, chuparte, tragarte, entonces me das vuelta y te echas de espaldas en la cama ... y yo quedo sentada sobre ti...., sobre tu cara mientras sigues lamiéndome todo. Y te cabalgo. me siento sobre ti, entras en mí, resbalas, arrastras la piel de los bordes, y se oye mientras rasga, y luego empiezo a cabalgarte, mientras te beso el cuello, las orejas, los ojos, y tú me sujetas las nalgas, entre tus manos, me jalas, marcas el ritmo, y me volteas, mientras me apoyas contra el espejo, y mojas tu verga en mi vagina y recorres mi ano, lo seduces, me tientas, y me muerdes la espalda, y sujetas mis senos desde atrás, y yo me inclino un poco, y vuelves a mi vagina y entras así desde atrás, yo mojada, caliente, y me jalas por las caderas, y coges mis senos, y te alborotas, y cada vez me das más, y más, más fuerte, más rápido, más adentro.

y tu pene juega a recorrer la entrada de mi sexo, como un saludo ritual, y mi sexo se abre hambriento, y sientes como un calambre, como electricidad, y tu lengua la recorre y la ensaliva.... y me encanta, y te recorro con la punta de la lengua, con los labios, y me trago ese jugo rico que te sale transparente y salado, y te chupo los testículos, te los sobo con las manos, y tú me jalas del pelo y metes tu pene entero en mi boca.

Y mi vagina se contrae, y metes tus dedos dentro, coges el clítoris entre tus dedos mientras tu pene va abriendo mi ano, y va entrando en mí perdiéndose entre mis nalgas... los testículos chocan contra mis nalgas, y ya no das más, y yo meto la mano en mi vagina y me chupo los dedos y te los doy a chupar a ti, y te beso la boca, y me siento a horcajadas sobre ti, y yo salto sobre ti, y grito. Y te siento dentro de mí, latiendo, cierto al fin.

y hay un grito mío, tuyo, y siento tu pene vibrar dentro mío, y mi vagina se contrae, te aprieta, te toma, te absorbe, embates, embistes, ciego, preso de las ganas, loco, y mi cabeza contra la madera, chas, chas, chas, sobre ti, mientras tus jugos se escurren, en mi piel, hasta la rodilla corren, y tú me besas la cara, el cuello, los ojos, y me abrazas, y te fundes conmigo, y todo lánguido te dejas caer, y yo sobre ti, y te beso, suave, y suspiro, y me relajo, y mi clítoris pierde volumen, y mis manos te piensan , te aprenden, y me duermo sobre ti, en tu pecho, y mi deseo se escurre sobre los pelos de tu cuerpo, y te dejo oloroso a mí, y me corre la saliva, se pega a tu piel, y me corona una sonrisa plena, dulce, exhausta...